Tanto la fotografía corporativa como la fotografía publicitaria, implican trabajar con marcas y empresas para ayudarlas a crecer. La fotografía corporativa está destinada a respaldar la imagen general, no vende un producto en concreto sino los servicios que ofrece una empresa y nos da pistas del funcionamiento interno aportando valor y contundencia a la marca. La fotografía corporativa puede abarcar desde retratos individuales y primeros planos de personas clave en el negocio, imágenes de varias personas encargadas de un proyecto reunidos en su entorno laboral, hasta imágenes de mayor producción, que pueden requerir de todo el equipo. Los entornos pueden ser exteriores o dentro de oficinas y salas de reuniones usando el ambiente real de trabajo, buscando fondos neutros, como transparencias, segundos planos uniformes y sin texturas. La estética depende del objetivo que se quiere conseguir.
